Sopló y sus entrañas fueron dominio del aire. Sopló de nuevo y su carne y piel brotaron de su aliento. Ojos entrecerrados. Dedos comprimidos. Miró al cielo y contorneó un corazón con su mirada. Ya no sentía pesadez en los huesos. Estaba a punto de reunir los colores en una esfera sin precedentes. Soltó un suspiro prolongado desde la dureza de su estómago. Pensó en su niñez. Me abrazó con su canción.
Junto a su respiración y melodía, dio a luz a una nueva pieza de arte. Como siempre, fue natural.
Extensión de sus deseos. Llovizna egoísta. Cercanía en la distancia. Triunfo en el punto.
Ya no estamos solos. Desde hoy y para siempre, te encuentro en mis burbujas. Amén.
.A.
1 comentario:
te quiero!
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