domingo, 25 de diciembre de 2011

Maria.


María tenia razón, la dejo pasar. Empieza en el maltrato a mis pulmones, en el desgarro de mis unas. En la soledad de mis pies, en el abandono de mis cejas. Que cargue plomo en mis brazos y miga en mis piernas dificulta la circunstancia. Arriba del agua, llueve también. Me cubre un techo de tul. Me sostiene un diente de leche. Soy un perro que tiembla de miedo, al borde de una bañadera de agua caliente. No, no lo soy. Soy una heroinómana que quiere destruir la felicidad ajena, que envuelve sobras para clavárselas en la planta de los pies. No, no es cierto. Soy una vela a punto de apagarse en una iglesia ostentosa en un barrio concheto. Tampoco. Soy la mentira con sangre y huesos. Soy los dos extremos de tus emociones. Soy la prescindible, la aguja que miente para extraerte sangre del dedo. Soy tu embarazo y el desgarro de la Mujer Salvaje. Soy la continuación de los muertos, la heredera de Rodrigo. Soy una fuente mayúscula en un archivo perdido. Soy tuya y de todos aquellos que buscan desesperados penetrar en lo ajeno. La distancia me hizo húmeda. Miento, maltrato, condeno.

viernes, 17 de junio de 2011

Hijo.

Te fui a buscar, me encontré con tu tristeza.

Un lienzo blanco y una luz de neón definen la penetración de tu pérdida en mi memoria.

El mensaje acuchilla por todos los flancos.
La dejaste pasar, pasa. No siempre triunfa lo programado.

Punto.

Me arrepiento de mi mediocridad.

Punto.

Sos una asesina.

Puta.

Si volvieras el tiempo al punto de cero, ¿serías tres suspiros vestidos de placenta? ¿Atarías a tu nombre la crueldad del anonimato? ¿Chorrearía de agonía la tibieza de tu sexo?

Tengo las manos rotas y vos, un padre omnipresente.
Nada de culpas.

Punto.

Esto es un canto a la muerte.

Puta.

Llorá por lo que no fuiste. Gritá por lo que no tendrás. Disfrazá de fiesta al gusano. Y tragá que para eso estás.

Hablo sobre injertos, puntadas y cigarros; un orgasmo y la mejor pieza alcanzada. La perpetuidad de la ausencia que inunda tu baño. Acariciala, mientras la mato. Pienso en diamantes, esqueletos, sangre y mi centro. Papa me quiere. Cállate. Mama me cuida. Cállate. Tomas me enciende. Cállate. Estoy viva. Cállate.


.A.

viernes, 6 de mayo de 2011

Saldo



No espía el que conoce.

No pervierte el que ama.

No desafía el que parte.

No negocia el que llora.

Por momentos quisiera ser una nube que se escurre entre versos

Llegar a la frontera que divide la pesadilla del sueño, la realidad del recuerdo, el amor del deseo.

Cobrame por minusvalorarte.

Cobrame por asesinarte.

Cobrate por mi cobardía.

Cobrate por mi rebeldía.

Hacelo con mis manos, con mis piernas y vientre.

Hacelo con mis labios y lengua, con mi cuello y mi saliva.

No me pidas más que dos rótulas partidas.

No tengo más que mi cuerpo desnudo.

No soy más que un cuerpo desnudo.

No soy más que mi cuerpo.

No soy más que un desnudo.

Amanece. Dejame.

Quiero disfrutarme sola.

Cuánto placer hay en el silencio.

Cuántos orgasmos hay en mi miel.


.A.

jueves, 21 de abril de 2011

Juez.



Lindo es cuando despego y miro el pasado, cuando doy vuelta de hoja y me sonrió por el significado.

Feo es cuando despierto de un sueño agitado, cuando reprimo mi arte, cuando contraigo.

Lo lindo aparece en primavera, salir a la vereda vistiendo ligera.

Lo feo está en invierno, castigar mis piernas con capas de cemento.

Donde lo lindo se manifiesta, los amigos y ogros son uno solo en un canto a la vida.

Donde lo feo se despliega, la distancia y frialdad obturan toda alegría.

Entonces paro, respiro y pienso: ¿Cuándo es lindo y cuándo es feo? ¿Es el clima? ¿Es el cerebro?

Recorro mis manos con mis dedos, miro mis uñas y delibero: si lo lindo y lo feo son dos costados del mismo humano, me declaro esquizofrénica ante todos los juzgados.


.A.

miércoles, 13 de abril de 2011

Queen.



¿Estás en un póster? ¿Estás en el cielo?¿ Estas cubierto de algas atrapado en el cuerpo?

¿Estás solido, liquido, gaseoso, eterno? ¿Estás humano, árbol, espectro?

¿Cómo se vive en tu esfera? ¿Cómo pasas las primaveras?

¿Me miras cantar en la bañadera? ¿Extrañas los domingos junto a la abuela?

¿Estás acompañado, solo, invalidado? ¿Te molesta mi virtualidad, mi conexión, mi pasado?

No hay más sueños que soñar, ni canciones que escuchar.

Estos son los días de nuestras vidas.

Te extraño.

.a.

domingo, 6 de marzo de 2011

El valor de una peca.


Empieza en la punta de aquel extremo inhumano de su picuda nariz. Se siente solo: ha perdido su multitud. Patina hasta ese cuenco que ha sido lustrado con tanta paciencia. Se refleja en la piel y moja sus pantalones. Levanta la cabeza pensando que al ojear sus pestañas no llorará. Se desliza y humedece. Una parada inesperada espesa su saliva. Aparece un recuerdo, lo desvanece y acuchilla. Una, dos, cuatro veces. Por atrás y adelante, despacio y fulminante. Lo erotiza y desangra. En su último suspiro disfruta el sabor de su perversión. Espera dos segundos, un latido y muere. “Despierta, todo es suave” ¡Qué mullido aquel cachete! ¡Qué algodonada su aversión! Se inyecta una sobredosis metafísica y desciende. Revive en un rincón junto a dos hormigas, una anciana y el hijo de Dios. Decide repasar aquel cálido sector que enciende su sexo. Todo en su lugar. Se enorgullece y lame tibiamente su seducción. Se toca y derrite, “justo ahí, más abajo, ahí que tengo calor”. Vuelve a su adolescencia y aquella pregunta causante del robo de alfas. ¿Qué encierra aquella redondez, cuántas rozadas guarda con rencor? Su nombre no es digno del Creador. La peca se aleja del perdón. Inmunda arrepentida, pecadora por definición. Penetrada, orgíaca. Lujuriosa trasnochada. El conjunto es su pasión, dejemos a los lunares la caricia del amor. “La peca destruye, daña. Muestra un hombro y perfora. Cocina muertos y acaba”. Desde la transparencia descubre su ambición: un vino, dos líneas, seis veces y acabose la pasión.

“Valorar la redondez, el silencio, su compañía sinfónica y la profundidad de un sí.
Valorar el canto sin salir perdiendo, tomar ventaja con el suspiro del viento.
Subir alto, hasta el centro del centro, donde todo es nada, donde nada es bueno.
Cortar por el cuajo las cenizas del tiempo. Evitar caricias y demoler acentos”.

Démosles a la peca otra oportunidad: hermosura en la mancha, brillantina en la vulgaridad.

.A.

domingo, 27 de febrero de 2011

Mimbre.





Aquel día en el que el sol vista al aire de una opaca espesura, en el que el suelo se diluya y apague su centro; aquel día en el que las libélulas copulen cientos de miles de moscas y las flores escupan el polen de sus bocas; aquel día en el que mi vestido se tiña de carne y mi piel luzca a seda; aquel día, lejano a mi cercanía, cercano a mi cobardía, yo saltaré.

Seré invisible ante los ojos del cuervo y sabrosa a la boca del lobo. Seré poesía para esas señoras que arrepentidas mirarán mi vida pasar. Seré muerte para todos aquellos que lloren mi omnipresencia y menosprecien mi risa.

Y aunque las monas se vistan de gala y se sientan muñecas en la sofisticación de sus jaulas, no las invitaré. Son monas las monas que asumen sus pasados, no las que hacen de un prostíbulo un palacio. No me confundan, no es arrogancia: lavo mis pecados antes de ventilarlos.

Despechar al soberbio, abrigar al futuro; cargar con la ausencia y romper la abundancia; soltar la carga y cargar con mis venas; dos canciones, tres inviernos y mis penas, me hacen la niña que fui y seré. Por siempre y por los siglos de los siglos: una copa de vino, mi Ave Marina y Amén.


.A.
(www.elmalditonombre.com.ar)

martes, 22 de febrero de 2011

Martes.


Quiero entrar, quiero entrar, quiero entrar.
Salir, entrar, cortar, amalgamar. Partir, contornear, romper, espesar.
Un capricho echo cielo, un deseo despintado, la neblina de tu cuerpo, el silencio de tu canto.
Dos semanas de helado, tres segundos de orgasmo, un recuentro de días, querer y seguir esperando.

.A.

domingo, 6 de febrero de 2011

Big Bang.


Lo despierta un recuerdo en el medio de la noche, en el medio del nido, en el medio de su sueño. No le sorprende estar endurecido: ella está a su lado, desplumando margaritas, rasurando su pasado. Se recuerda pequeño zapateando, vistiendo su piel, en ese entonces, amarilla. Su madre lo ojea, lo toca, le confía un secreto y lo ayuda a descargar.

Debajo del puente vive su amiga. Solita y sola camina, al paso de un balada pincelada en un marco sin comienzo ni fin. Le toca el timbre, la baja y la invita a bailar. Bailan por la noche que amaneció y nunca fue, bailan por el deseo de acariciar sus sexos y de frotar sus fantasías. Bailan de noche y duermen la vida. Bailan por el círculo que les dio el día.

¡Si supieran lo que pasaría, aquellas ratas no bailarían! Se acaba el cielo, se derrite la dureza: llega el vagabundo más vagabundo de la tierra. Su madre se atrasa, sus flores se secan. Se despierta del sueño, del sueño de aquel sueño que soñando contuvo en silencio. Es una niña vestida de azul, y de verde y de sangre. Es un niño maquillado de lobo y de cuervo y de niña. Es su cara mezclada en asfixia. Es una verdad mutada en mentira.

Cada cual con lo suyo. Y que eso no abunde, porque si excede la uña, colapsa el poso. Nadie quiere cloaca en su living, ni en su cama ni en su boca. Cuánta escasez en la multitud. Cuánta abundancia en la sombra. Una uva en el medio de la noche, en el medio del nido, en el medio de su sueño, reprime a su grito y al renombrado Big Bang.


.A.


jueves, 27 de enero de 2011

Hormiguita.



Hormiguita, hormiguita, tan chiquita, tan chiquita.
Tan mala y chiquita, tan furiosa y chiquita.
Camina despacio hormiguita, que con mi lado valiente puedo romper tus patitas.
Rueda cuando tengas que rodar, y no envidies a nadie al pasar.
Te hace más mala y chiquita, más furiosa hormiguita.
La felicidad no es donada a cualquiera. Ten cuidado, se buena.

Si manipulas, yo rapto.
Si mientes, yo construyo.
Si rompes, yo pago.
Si obedeces, yo disfruto.

.A.

jueves, 20 de enero de 2011

Mancha saltada.



Cuando no importe mas la conciencia y el inconsciente gobierne la ira, ahí estaré.
Cuando se derritan las ilusiones y no alcancen las expectativas, ahí estaré.

Cuando el cielo sea agua y el mar se solidifique a tierra, ahí estaré.
Cuando el canto no exista y se desparramen mis venas, ahí estaré.

Cuando la mentira tape verdades. Cuando la agresión arranque virtudes.
Cuando la vida se esconda y el miedo repliegue. Cuando el talento sea silencio y el alma se altere.

Estoy en el lugar de nadie y en la boca de todos. En una ausencia encontrada ciclotímica e inestable. Que se quieran los que se quieran, que se amen los que se amen; que se diviertan los pecadores y se conquisten las madres. Que se toquen los intocables y discutan los tímidos, que se perviertan los santos y gocen los niños.

Nada destiñe mi mirada. Ni la levedad de su voz ni el peso sus palabras. Ni un canto de victoria ni las más sabrosas galletitas. No me corrompo, pues yo soy la corrupción. Dueña de todos, jueza de nadie.

Unos por acá, otros por allá, esparcidos o sentados juegan a jugar la más grande mancha saltada.

.A.


sábado, 15 de enero de 2011

Ocaso del tiempo.



Durante siglos nos ha estado mintiendo, se rió de nosotros, congelo su sonrisa. Hoy, 14 de diciembre de 2011, me presento ante ustedes para rebatir su verdad. Señor Relojero, deje de mentir: el tiempo es vertical. Que se caigan las estadísticas, que se destruya el paradigma, que se derrita su vida. El tiempo es vertical.

No existen más segundos que los que unen al sol, al océano y a mi voz. No habita tal cronología de eventos si no se usa la razón. Estamos en el viento. Los vivos y nosotros, los muertos. En una burbuja quimera coexisten: el recambio de piel, las cosas que no te dije y los recuerdos de aquel que fue.

Hemos vivido en una falsa linealidad, agotados, apurados. Hemos permitido que el futuro gobierne y el pasado perfore. ¡Qué crueldad aceptar aquellos mandamientos, creer en Romeo y no poder verlo!

Señor relojero: me declaro testigo de su estafa. He sido engañada por usted y su venerable eternidad. ¿Puede reconocer el puntilleo en mis lóbulos? ¿Puede percibir el dolor de mis omóplatos? Fueron mordiscos de sus segundos, semanas y años, excavaciones de su miseria, los rastros de aquella carrera.

Una mujer sobre un elefante recuerda haber dejado la pava encendida. Corre. Se muere. Revive. La apaga. Es un punto. Un micro. El infinito. La nada. Responde a aquel quien la vio nacer. Se viste de amarillo. Maquilla su ansiedad. Toma a su cigüeña. Peina su tacto. Y le da cuerda al tiempo.


.A.

jueves, 13 de enero de 2011

Fiebre.


One little, two little, three little Indians
Four little, five little, six little Indians
Seven little, eight little, nine little Indians
Ten little Indian boys.

Te canto una canción para bajar la fiebre, dormilón.

.A.