¿Qué tan lejos pueden estar una ballena de su balleno?
Hundió la cuchara en la sopa, bebió su angustia y se quemó.
¿Cuántos kilómetros puede nadar hasta perderse en el tiempo?
Guardó su libro, rió, se reconoció.
¿Es Noviembre quién la baña de anhelos? ¿Es el viento quien la divide y entierra recuerdos?
Hermosa, intacta, hermosísima, acarició sus manos y se maquilló.
Tenía razón, era cierto: de día cantaba y balanceaba sus sueños. Pero de noche, el frio reprochaba distancia de aquel último beso.
No hizo falta que lo gritara: su bienestar prendía auras.
¡Pero qué feliz era con su balleno! ¡Por él cambió su piel y sus cayos. Bebió la sal y viajó!
Ehem, quisiera decir unas palabras, se desembriagó y dijo:
El invierno llegó, el agua se heló. No siento los pies. No quiero revés. Me pica la garganta. No me toques la espalda. ¿No entendés lo que digo? No tengo un feo ombligo. Callate. Me callo. ¿Nos callamos?
Merry christmas. Te regalo un glaciar. Es de tiempo completo. Disfrutalo.
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